España se une a la lucha contra el desperdicio alimentario

21 Dic, 2022

El Proyecto de Ley, involucra a todos los agentes de la cadena alimentaria en la consecución de su objetivo de prevenir y reducir las pérdidas y el desperdicio alimentario, imponiéndoles obligaciones específicas.

El pasado mes de junio, el Boletín Oficial de las Cortes Generales publicaba el Proyecto de Ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario, una ley, necesaria y obligatoria, que busca paliar una de las mayores lacras de nuestra sociedad como es el hambre.

¿En qué consiste la Ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario?

Según el periódico El País, En España se desperdiciaron en 2021 1,2 millones de toneladas de alimentos. Esto significa que cada español tiró a la basura de media algo más de 28 kilos de comida. 

Por ello, en las sociedades desarrolladas se producen pérdidas y desperdicio alimenticio que ponen de manifiesto un mal funcionamiento en los sistemas alimentarios, y por ende, una falta de concienciación social. 

En este entorno nace la Ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario, con la que se intenta combatir esas ineficiencias. 

Todo ello repercute en secuelas sociales y económicas y afecta directamente al medio ambiente, tanto por el desperdicio en los agentes productivos generando una ruptura de la cadena de valor del sector primario, como por el desperdicio que es responsable de la cuarta parte de las emisiones totales del sistema agroalimentario. Lo que en términos absolutos supone en torno a una tonelada de CO2e per cápita al año (según informe Emisiones de efecto invernadero en el sistema agroalimentario y huella de carbono de la alimentación en España).

El Director Consulting21 Tax Group S.L, Pedro Martos López, expone que lo ocurrido nos tiene que hacer reflexionar profundamente. “Cómo es posible, que algo tan elemental, tan natural, tan humano, tan social, como es la donación de alimentos para sectores vulnerables o desfavorecidos, deba ser regulado por una norma, con imposición de sanciones, para su obligado cumplimiento, cuando cientos de estudios realizados por diferentes organismos públicos y privados, lanzan continuamente mensajes sobre el innecesario deterioro y eliminación de productos alimenticios, que pudieran ser consumidos por las personas”.

En su opinión, esta ley debería llevar años en funcionamiento, debería estar ya muy arraigada entre nosotros, y sobre todo, tendríamos que tener interiorizado su espíritu, casi como tenemos la fecha de caducidad y de consumo preferente. Lamentablemente, seguimos necesitando que esto esté regulado, para realizar actos de solidaridad y colaboración con nuestros vecinos conocidos o personas de nuestro entorno.

Gracias a Pedro Martos por toda la información recaudada en este artículo y por proporcionarnos su opinión.

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